Las Proteínas Y La Perdida De Grasa.

Un mayor consumo de proteínas de calidad eleva el ritmo metabólico, lo que favorece la eliminación de grasa. De hecho, los científicos han comprobado que la aceleración del ritmo metabólico que causan las proteínas dobla el de los carbohidratos y los lípidos. Eso no quiere decir que debamos eliminar los carbohidratos y las grasas de la dieta. Conocer la proporción apropiada los tres macronutrientes nos permitirá maximizar la pérdida de grasa, el desarrollo muscular y el rendimiento físico. ¿Cómo? Existe más de una respuesta, y la fórmula exacta está directamente relacionada con los objetivos individuales: el aumento de la masa muscular, la pérdida de grasa o el mantenimiento. 

A continuación, enumeraremos las pautas generales del consumo de proteínas, aunque ya habréis intuido que, dados sus efectos metabólicos, su porcentaje será mayor en el segundo caso. Por supuesto, las dietas MET tienen presente este fenómeno. De hecho, se ha demostrado que la mayor proporción de las proteínas respecto a los carbohidratos (un 48% frente a un 32%) de la dieta lipolítica MET es la óptima para quemar calorías. Así, tanto si os preparáis para una competición de culturismo o de fitness como si tan sólo deseáis un abdomen más definido, necesitáis elevar el porcentaje de proteínas de una dieta hipocalórica, especialmente si realizáis entrenamientos intensos con regularidad.

El equilibrio de nitrógeno se produce cuando la cantidad de proteínas que recibe el organismo iguala la que se expulsa mediante el sudor, la orina y las heces. Un equilibrio de nitrógeno positivo indica que se ingieren más proteínas (nitrógeno) de las que se excretan. Dos son los puntos clave que conviene recordar: 1) es indispensable un equilibrio de nitrógeno positivo para que los músculos crezcan; 2) al hacer dieta, cuantas menos calorías se ingieren, más proteínas necesita el cuerpo para mantener o alcanzar un equilibrio de nitrógeno positivo.

LA CANTIDAD ADECUADA DE PROTEÍNAS
La cuestión de la dosis diaria adecuada de proteínas ha suscitado una gran polémica en los últimos años. Estas parecen ser las cifras más habituales:

• De 1,2 a 1,6 gramos por kilo de peso corporal para el adulto medio.
• De 1,6 a 2,0 gramos por kilo de peso corporal para los deportistas.
• De 2,0 a 3,0 gramos por kilo de peso corporal para los culturistas.

Naturalmente, estos valores no tienen una validez universal. Son orientativos, y deben ajustarse a características individuales tales como el ritmo metabólico. Lo que funciona para una persona puede no resultar eficaz para otra, así que si tomáis dos gramos de proteínas por kilo de peso corporal y no ganáis masa muscular, subid la cantidad y observad los efectos. Las proteínas que os ayudan a optimizar el desarrollo muscular y el rendimiento se dividen en dos categorías: 1) los alimentos tradicionales como el pollo, el pavo, la carne magra de ternera, las claras de huevo, el requesón, y el salmón, el atún y otros pescados; y 2) los suplementos, como los batidos proteínicos que tanto utilizan los deportistas entre comidas. En el caso particular de los culturistas, estos últimos constituyen un porcentaje considerable de las proteínas que ingieren a diario. Por ese motivo, el producto que se elija puede marcar la diferencia entre unos progresos escasos o nulos (y más tejido adiposo) y un aumento espectacular del desarrollo muscular y de la pérdida de grasa corporal. La clave radica en buscar un suplemento de calidad de segunda generación, que, además de pocos azúcares y carbohidratos lentos de bajo índice glucémico, incluya un mecanismo de liberación gradual de las proteínas y un sistema que mejore su absorción, para que el organismo reciba más aminoácidos durante todo el día. Sé por experiencia que estas fórmulas influyen de manera notable en la recuperación, la regeneración y la plenitud de los músculos. Multitud de personas confían en productos de proteína de suero, pero sin un elemento adicional como el Absorbol-P, que regule su liberación y favorezca su asimilación, lo que ralentiza y limita los progresos. La proteína de suero pura se digiere con demasiada inmediatez. Si bien resulta de utilidad después de los entrenamientos, no ofrece todas las ventajas que presenta si se combina con el Absorbol-P. Cuando las proteínas se absorben con tanta rapidez, el cuerpo las emplea como fuente de energía en lugar de transportar a los músculos los aminoácidos que necesitan para regenerarse. Lo mejor sería tomar productos de liberación gradual que contengan Absorbol-P, para proporcionar al organismo una inyección inicial de proteínas y, luego, un suministro continuado de aminoácidos. Este efecto doble asegurará que los músculos que tanto trabajan en el gimnasio tengan siempre a su disposición los aminoácidos que necesitan para crecer. He visto a deportistas volver a progresar tras un largo periodo de estancamiento tan sólo cambiando de suplemento.




Muchos deportistas destacados y yo utilizamos la nueva UDA+ porque reúne todos esos elementos. Además de incluir proteínas limpias con un carbohidrato complejo de bajo índice glucémico y una grasa saludable en las comidas principales, tomo dos o tres batidos de UDA+ al día, y os aconsejo que hagáis lo mismo. La verdad, no habría obtenido tan buenos resultados sin esas dosis adicionales de proteínas, sobre todo en la preparación de las competiciones. Comparad el concentrado de proteína de suero desnaturalizado con la proteína UDA, cuyos enlaces disulfuro se protegen con métodos de extracción de baja temperatura, y os convenceréis. Asimismo, y a diferencia de la proteína de suero más barata, la UDA eleva y mantiene el nivel de glutatión (para más información, ver Satisfacer las necesidades proteínicas con UDA+ Protein). Por eso, si no progresáis tomando dos gramos de proteínas por kilo de peso corporal, planteaos cambiar de suplemento antes de elevar la dosis. La UDA+ debería componer al menos dos de las comidas diarias. Como mencionamos el mes pasado, no contiene hormonas —procede de vacas a las que no se ha administrado rBGH o BST—, por lo que, a largo plazo, es más saludable.
Usad el sentido común y los conocimientos que habéis adquirido para perfeccionar vuestra dieta. Llevad un diario con registros semanales del rendimiento, el porcentaje de grasa corporal y la imagen que os devuelve el espejo. Incluid fotografías y medidas mensuales. Estos parámetros también pueden ayudaros a determinar si consumís la cantidad apropiada de proteínas.

Consumir más proteínas de calidad puede favorecer la pérdida de grasa corporal debido al efecto hormonal (y termogénico) que se produce con su ingestión, como la secreción de glucagón en el páncreas. Recordad: la insulina obstaculiza la eliminación de grasa, mientras que el glucagón ejerce la acción contraria.

Las Proteínas Y La Perdida De Grasa. 

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Los Valores Biológicos De Las Proteínas.

Los Valores Biológicos De Las Proteínas.

El valor biológico evalúa la calidad de las proteínas. Mide la cantidad que retiene el cuerpo por cada gramo que absorbe. El resto, naturalmente, se expulsa mediante el sudor, la orina, las heces, etcétera. Cuando se estableció este sistema, se tomó como punto de referencia el huevo entero, al que se asignó un valor de 100. Sin embargo, los avances tecnológicos de los años ochenta revelaron que el VB de una serie de péptidos del suero llegaba al 159. Se considera que una proteína con un VB de 70 o más es de buena calidad. Como orientación, aquí tenéis una lista de fuentes proteínicas y sus respectivos valores biológicos.
Fuentes proteínicas y valores biológicos

Combinado de péptidos del suero 110-159
Huevo entero 100
Leche de vaca 91
Clara de huevo 88
Requesón 84
Pescado 83
Ternera 80
Pollo 79
Soja 74
Yogur 68
Cacahuetes 68
Arroz 59
Copos de avena 58
Trigo 54
Judías 49


Las proteínas animales poseen un mayor VB; por eso las prefieren los deportistas. De hecho, los científicos han investigado si son mejores que las vegetales para aumentar la fuerza, ganar masa muscular y perder grasa, y han comprobado que, con independencia de la ingesta, los vegetarianos no obtienen los mismos resultados que los que comen carne. Creo que ello obedece en parte a un déficit de ciertos aminoácidos en las proteínas de los vegetarianos, que podría ralentizar el desarrollo muscular, aunque el consumo total parezca adecuado. En resumen, una dieta omnívora compuesta de proteínas de diversos orígenes —carne, huevos y productos lácteos— es superior a una dieta vegetariana que incluya únicamente una pequeña cantidad de lácteos y huevos. Sin embargo, cabe hacer dos puntualizaciones. La primera, que las carnes deben ser magras y que deben desecharse la piel y la grasa. Las carnes grasas, como sabéis, pueden causar alteraciones en los lípidos sanguíneos y otros problemas de salud. En cambio, las carnes magras de calidad, como las que recomienda la dieta MET, poseen múltiples beneficios, en especial para las personas que desean aumentar su porcentaje de masa muscular y reducir el de grasa corporal. El segundo aspecto que debe matizarse por sus efectos en la salud es que, al comprar carnes, se opte por las que no contengan hormonas. Hay innumerables razones para ello, y, a largo plazo, vuestro organismo os lo agradecerá. Asimismo, adquirid frutas y verduras orgánicas siempre que sea posible para aseguraros de que lo que introducís en vuestro cuerpo (y en el de vuestra familia) no ha sufrido alteraciones químicas ni presenta agentes tóxicos. Pedid en vuestro establecimiento habitual que traigan carnes sin hormonas y verduras sin pesticidas o comprad en los que los ofrezcan.



La leche y los productos lácteos constituyen una fuente excelente de proteínas, calcio, vitamina D, y como habréis leído infinidad de veces en las revistas y los libros de culturismo y fitness, son ideales para el desarrollo muscular. Pero lo que no se comenta tanto (a menos que vivas en el sur de California, donde todo el mundo se preocupa por la salud y el cuerpo) es que, en muchas ocasiones, contienen BGH (hormona del crecimiento bovina). Dicen que un poco no es perjudicial, pero, dada la gran cantidad de productos lácteos que tomo yo a la semana, busco los que están libres de hormonas (es decir, los que proceden de vacas a las que no se haya administrado rBGH o BST). Lo mismo sucede con la proteína en polvo. Yo prefiero la más pura, la de mejor calidad, la del perfil de aminoácidos más completo. Por eso sólo utilizo UDA+ Protein, de Venice Beach. Además de ser la más absorbible de su género, Venice Beach es la única compañía de suplementos que conozco que está dispuesta a pagar más para adquirir exclusivamente suero libre de hormonas, de vacas que no hayan recibido rBGH ni BST. 

Ningún otro distribuidor de proteínas de Estados Unidos puede decir lo mismo. Tengo intención de seguir en este mundo mucho tiempo y quiero seguir entrenándome y estando en buena condición física a los sesenta años, a los setenta, y más. Y sé que eso depende en gran medida de lo que doy a mi organismo en forma de alimentos y suplementos adecuados y de lo que no recibe en forma de hormonas no naturales y excesos de sustancias químicas. Sí, se trata de una elección personal, pero está plenamente justificada. La UDA+ se disuelve al instante y sabe muy bien. Conozco la ética por la que se rige Venice Beach, y yo, que tomo dos o tres batidos de proteínas al día, mes tras mes, no me conformo con nada que no sea la fórmula más pura y mejor: la UDA Protein.

En definitiva, la dieta que recomiendo para favorecer el desarrollo muscular se compone de proteínas limpias y de calidad (de las fuentes mencionadas), carbohidratos de bajo índice glucémico, grasas buenas y batidos de UDA+ Protein (que contienen grasas buenas y proteína de suero UDA de liberación gradual y libre de hormonas). Este tipo de alimentación mantendrá un saludable equilibrio de nitrógeno positivo, la mente despejada y el nivel de energía durante todo el día. La novedosa UDA+ de absorción mejorada está a punto de llegar a Europa. Las personas interesadas en probarla pueden ponerse en contacto con su proveedor habitual. La UDA+ garantiza un suministro constante de aminoácidos gracias a la acción del Absorbol-P, que, además, aumenta la absorción de las proteínas hasta un 260%. ¿Por qué tiene esto tanta importancia? Los aminoácidos encabezan la lista de nutrientes fundamentales para los entusiastas del ejercicio físico. Los aminoácidos influyen en el rendimiento deportivo, ayudan a combatir la fatiga y fortalecen el sistema inmunitario, entre muchas otras propiedades. Los aminoácidos de cadena ramificada la leucina, la isoleucina y la valina  intervienen directamente en la formación de tejido muscular.

 Al aportar nitrógeno, ayudan a los músculos a sintetizar otros aminoácidos que necesitan para recuperarse y crecer. La UDA+ contribuye a liberar grandes cantidades de esos aminoácidos tan decisivos para el desarrollo muscular y, gracias al Absorbol-P, ya no es necesario tomar los costosos suplementos de aminoácidos libres. Es más, si se toma un batido de UDA+ en el momento de hacer una comida normal, el Absorbol-P aumentará la absorción de los aminoácidos de esa comida. Funciona de la siguiente manera: tras su ingestión, el Absorbol-P busca la longitud de la molécula de las proteínas localizando los aminoácidos ramificados valina, leucina e isoleucina. Tras identificarlos, se adhiere a la cadena y desprende esos aminoácidos esenciales de su enlace. Los estudios demuestran que el sistema enzimático natural patentado de la UDA+ Protein posee la capacidad de mejorar hasta 250 veces la absorción de los aminoácidos libres, lo que marca una diferencia abismal en la eficacia y la función de un batido de proteínas. Creo también que es una de las razones por las que los clientes más jóvenes de Venice Beach ganan fuerzan y tamaño con tanta rapidez.

Recordad: las proteínas encabezan de la lista de los seis nutrientes esenciales y deberían incluirse en todas las comidas y tentempiés del día. Este hábito, además de proporcionar al organismo un suministro constante de aminoácidos, estimula la liberación de glucagón, una hormona que estabiliza el nivel de glucosa y moviliza la grasa almacenada para que se utilice como fuente de energía. Si queréis saber cuántas proteínas necesitáis y cuándo debéis tomarlas para obtener los mejores resultados, no os perdáis la sección del próximo mes, en la que profundizaremos en esta cuestión.

Los Valores Biológicos De Las Proteínas. 

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La Importancia Vital De Las Proteínas.









La Importancia Vital De Las Proteínas.

En pocas palabras, el cuerpo no puede funcionar sin proteínas. La vida no es posible sin ella. No sólo representan el elemento principal de la síntesis, el mantenimiento y la reparación del tejido muscular, sino que refuerzan el sistema inmunitario, ayudan a controlar el nivel de azúcar en la sangre e intervienen en la producción de numerosas hormonas. Tres cuartas partes de los tejidos corporales se componen de proteínas: los músculos, los órganos, los huesos, los cartílagos, la piel, los anticuerpos… incluso las enzimas que facilitan algunas de las reacciones químicas más importantes del organismo (como la digestión y la génesis celular). 



Las unidades básicas de las proteínas son los aminoácidos, que, en combinaciones infinitas, forman los diversos tejidos. Existen aminoácidos esenciales y no esenciales. La digestión divide lentamente las proteínas en aminoácidos que luego utilizan las células para regenerarse. Un punto clave para las personas que hacen ejercicio es recordar que si las células se ven privadas de los aminoácidos esenciales, el proceso de reparación resultará incompleto y más largo. Hay proteínas de origen animal y de origen vegetal, y difieren en los aminoácidos que las componen y en su digestibilidad. Las proteínas animales suelen poseer una mayor calidad nutricional (ver lista de fuentes proteínicas y valores biológicos), pero la combinación apropiada de proteínas vegetales también puede ayudarnos a satisfacer nuestras necesidades.

Las proteínas contienen carbono, nitrógeno, hidrógeno y oxígeno. Están constituidas por cadenas de 22 aminoácidos distintos, que se unen mediante enlaces peptídicos. Se las denomina polipéptidos. Al menos ocho aminoácidos se consideran esenciales (deben aportarlos los alimentos) para el mantenimiento y el crecimiento de los tejidos en los adultos. Se trata de la isoleucina, la leucina, la lisina, la metionina, la fenilalanina, la treonina, el triptófano y la valina. La histidina (llamado el noveno aminoácido esencial) es fundamental para el desarrollo infantil, pero los adultos pueden sintetizarlo. El organismo puede fabricar por sí mismo determinados aminoácidos no esenciales si cuenta con una fuente de nitrógeno. Nos referimos a la alanina, la arginina, el ácido aspártico, la cisteína, la cistina, el ácido glutámico, la glicina, la hidroxiprolina, la prolina, la serina y la tirosina.

El equilibrio de aminoácidos en una proteína determina su valor biológico (VB), un indicador análogo al del índice glucémico de los carbohidratos, que he abordado en lecciones anteriores. Las proteínas completas poseen un VB elevado y contienen la cantidad adecuada de los aminoácidos esenciales para favorecer el desarrollo normal de los animales. Encontramos proteínas con un alto VB en fuentes animales como la leche, los huevos, el queso, la carne, las aves y el pescado. Las plantas, en general, carecen de ciertos aminoácidos esenciales y presentan un VB menor. Deben utilizarse en combinaciones específicas a fin de lograr el perfil de aminoácidos correcto para su asimilación. Asimismo, frente a las fuentes animales, deben consumirse en cantidades relativamente elevadas (calorías totales) para obtener las proteínas suficientes. La excepción son las habas de soja, que, en comparación, aportan una gran cantidad de proteínas de alto valor biológico. 















Los estudios científicos demuestran que la proteína de suero es la que posee el máximo valor biológico. Con un VB de 104, supera a la soja (74), la caseína (77), la clara de huevo (88) e incluso la leche (91). Venice Beach va más allá en la creación de sus suplementos, y utiliza en su fórmula de proteínas una combinación de proteína de suero UDA+ no desnaturalizada y de alta calidad con péptidos de suero para lograr un perfil aminoacídico superior y la absorción más rápida de que tengo conocimiento.


La Importancia Vital De Las Proteínas.

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Las Grasas Y La Dieta MET

Grasas: Las Buenas, Las Feas Y Las Malas.

Las grasas y los aceites están formados por cadenas de moléculas de carbono a las que se unen moléculas de oxígeno e hidrógeno. Cada una tiene sus propiedades y sus efectos en el organismo. Las que restringe la dieta MET son las saturadas. ¿Qué son? Hablamos de grasas saturadas cuando la cadena de carbono está completamente rodeada de hidrógeno. Conviene evitarlas porque, además de engordar, su consumo excesivo eleva la presión arterial y el riesgo de sufrir un infarto cerebral, diabetes del tipo II y cáncer de mama o de ovario. Las grasas saturadas se solidifican a temperatura ambiente. Ejemplos: la margarina entre las de origen vegetal y la manteca y la mantequilla entre las de origen animal.
Algunas grasas son vitales e incluso pueden ayudarnos a luchar contra los michelines, mientras que otras tienen el efecto contrario. Para llevar una alimentación sana, debemos saber distinguir las grasas buenas de las malas.


Las grasas feas

Dentro de esta categoría, los ácidos grasos trans son los peores. Huid de ellos. Se trata de grasas procesadas, a las que se ha añadido hidrógeno para prolongar la vida comercial de los productos que las contienen y para convertir los aceites vegetales en margarina, y son sólidas a temperatura ambiente. Se les atribuyen tantos efectos nocivos que, en lugar de feas, deberíamos llamarlas peligrosas. Para empezar, se las asocia con la arteriosclerosis (el endurecimiento de las arterias) porque fomentan la agregación plaquetaria. Los estudios indican también que esas grasas incrementan la exposición a los radicales libres y el riesgo de desarrollar un cáncer, interfieren en la función de la corteza cerebral, modifican los mecanismos de acción del sistema inmunitario, entorpecen la desintoxicación hepática y reducen la sensibilidad a la insulina al restar flexibilidad a la membrana celular. Una investigación publicada recientemente ponía de manifiesto que si se obtiene el 3% de las calorías de esos ácidos grasos, hay un 50% más de probabilidades de sufrir un ataque al corazón en un periodo de 14 años. Estudios efectuados en la Facultad de Salud Pública de Harvard confirman que los ácidos grasos trans duplican el peligro de que se produzca un ataque al corazón, aumentan el riesgo de diabetes y matan al menos a 30.000 estadounidenses todos los años. Podéis reconocerlas porque van acompañadas de los términos hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas en la etiqueta de los productos. Se incluyen los alimentos como “aceites parcialmente hidrogenados” o “grasas vegetales”, y se utilizan, sobre todo, en los establecimientos de comida rápida, las patatas fritas, la bollería industrial, los alimentos procesados y los fritos de los restaurantes. Fijaos cuando vayáis al supermercado: os sorprenderá la gran cantidad de productos que contienen estas grasas perniciosas. Son los que se desaconsejan cuando se sigue el sistema MET (y, en general, si deseamos velar por nuestra salud a largo plazo).
Según el Departamento de Nutrición de la Universidad de Harvard (‘Trans fatty acids and coronary heart disease’, Arnold, Jill; 15 de noviembre de 1999), el 12 de noviembre de 1999 las autoridades sanitarias estadounidenses anunciaron su intención de obligar a incluir los ácidos grasos ‘trans’ en el etiquetado de los alimentos tras comprobar en estudios metabólicos y epidemiológicos que influyen notablemente en el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Es más, dos sistemas estadísticos distintos indican que sus efectos adversos son mayores que los de las grasas saturadas. Nuestros cálculos más conservadores sugieren que la sustitución de las grasas parcialmente hidrogenadas por aceites vegetales no hidrogenados evitaría la muerte prematura por afecciones coronarias de unas 30.000 personas al año sólo en EE UU, pero los estudios epidemiológicos señalan una cifra cercana a 100.000. De hecho, ese índice de mortalidad podría reducirse aún más si, además de las grasas ‘trans’, se suprimieran de la dieta también las saturadas.

Las grasas buenas

Las mejores grasas son las denominadas insaturadas, que se dividen en dos grupos: monoinsaturadas y poliinsaturadas. Monoinsaturadas son aquellas a cuya cadena le faltan dos moléculas de hidrógeno. El aceite de oliva virgen extra constituye una fuente excelente de este tipo de grasas. Su consumo habitual tiene numerosos efectos positivos para la salud, como la reducción del nivel de colesterol malo y el aumento del bueno. Otra razón por la que el aceite de oliva virgen extra (prensado en frío) resulta beneficioso es que contiene un compuesto llamado oleuropina, con propiedades antibacterianas y antivíricas. Investigaciones realizadas en España revelan que el aceite de oliva puede prevenir el cáncer de colon; el español, en concreto, aporta el mayor índice de polifenoles, potentes antioxidantes. Estudios llevados a cabo en Harvard indican que las mujeres que toman aceite de oliva más de una vez al día tienen un 25% menos de riesgo de sufrir cáncer de mama. La dieta MET anima a los deportistas a incluir en su alimentación diaria la dosis adecuada de grasas monoinsaturadas (en particular, de aceite de oliva virgen extra prensado en frío) por la función de apoyo que desempeñan en la generación y mantenimiento del tejido muscular y en la eliminación de la grasa. Un punto clave que debemos tener presente es que las grasas monoinsaturadas son importantes para perder tejido adiposo porque afectan a las hormonas, y una dieta demasiado baja en estos lípidos puede causar una caída en picado de la testosterona. Cuando se sigue un programa de aumento de volumen, un modo magnífico de mantener elevado el nivel de testosterona y de hGH y bajo el de cortisol (una hormona que destruye el músculo) consiste en combinar las fórmulas de Venice Beach Primestrin+ y ADL3 con la ingestión de la cantidad apropiada de grasas monoinsaturadas, que, además de ser cardiosaludables, ayudan a neutralizar la acción lipogénica de la insulina y el hambre.

Una forma sencilla y económica de consumir grasas monoinsaturadas consiste en elaborar un aliño para ensaladas compuesto de una parte de vinagre balsámico por cada dos de aceite de oliva virgen extra. Lo que hacen también los clientes de Venice Beach es echar una cucharadita de aceite de oliva a una sartén antiadherente cuando preparan verduras salteadas o carne a la plancha. Primestrin+ y ADL3 ya están disponibles en algunos países europeos, y deberían considerarse elementos básicos de cualquier programa de suplementos para acelerar el proceso del desarrollo muscular. Primestrin+ es una fórmula bioactiva y de absorción mejorada, con propiedades anabólicas y potenciadoras de la GH, que contiene las dosis y los componentes precisos con los que, según los ensayos clínicos, se consigue una mayor liberación hormonal y un aumento de la sensibilidad de los receptores celulares. Para las personas que se entrenan con pesos, esto significa más masa muscular tras cada entrenamiento. ADL3 incluye una serie de poderosos ingredientes, también científicamente probados, que regulan la secreción del cortisol, cuyo nivel, como hemos indicado, debe controlarse para poder seguir creciendo a un buen ritmo (ver la columna Dejad atrás vuestro desarrollo actual).

Pero el aceite de oliva virgen extra tiene muchos otros beneficios para la salud:
• Favorece la absorción intestinal de los nutrientes.
• Evita la retención de líquidos.
• Reduce las posibilidades de formación de cálculos biliares.
• Reduce la presión arterial.
• Reduce el riesgo de sufrir cáncer de próstata.
• Aumenta la hidratación de la piel.
• Previene la osteoporosis.
• Reduce el nivel de glucosa
en los diabéticos.
• Ayuda a evitar los desarrollos tumorales.
• Estimula la secreción pancreática.
• Mitiga los problemas gástricos.
• Mejora la actividad de la vesícula.
• Aporta compuestos que mejoran la salud, como el betacaroteno y los polifenoles, potentes antioxidantes.

Las grasas poliinsaturadas están formadas por cadenas de carbono a las que les faltan al menos cuatro moléculas de hidrógeno. Entre ellas, se encuentran los ácidos grasos omega 3 y omega 6, llamados esenciales porque el organismo no puede sintetizarlos por sí mismo y necesita obtenerlos de los alimentos. Además de mejorar los niveles de colesterol (como las grasas monoinsaturadas), obstaculizan el almacenamiento de grasas y reducen el cortisol.
Pero debemos escoger con cuidado. Investigaciones recientes demuestran que, al contrario de lo que se creía hasta ahora, grasas poliinsaturadas de origen vegetal como el aceite de alazor o de maíz no constituyen las opciones más adecuadas. Sí, ayudan a reducir el nivel de LDL (el colesterol malo), pero también se asocian a un aumento de la incidencia de las dolencias cardiovasculares. Las grasas poliinsaturadas derivadas del pescado y del aceite de semilla de lino son elecciones bastante más acertadas.


Grasas: Las Buenas, Las Feas Y Las Malas.

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Las Grasas Y La Dieta MET

Las Grasas Y La Dieta MET

Este mes hablaremos de las grasas que el programa MET recomienda tomar a diario, las que pueden ingerirse esporádicamente y las que conviene evitar a toda costa, porque la dieta MET no prohíbe todas las grasas. 

El problema radica en que en los últimos años supuestos expertos nos han hecho creer que todas las grasas son malas y que debemos desterrarlas de nuestra alimentación. Aún hoy, muchas personas las culpan de sus kilos de más, cuando se deben, más bien, al exceso de carbohidratos y azúcares simples y féculas. Una categoría de alimentos que pueden engañar a las personas que hacen dieta son las barritas, las galletas y los tentempiés bajos en grasa o sin grasa (pero ricos en azúcar). Como saben los lectores habituales de esta sección, los azúcares y las féculas que no utiliza el organismo generan un pico de glucosa en la sangre que favorece la aparición de los michelines. El consumo continuo de este tipo de productos obliga al páncreas a secretar más y más insulina. 


Cuanto más insulina se libere, más se sobrecarga el páncreas y más se potencia el almacenamiento de grasa. Como señalamos en las lecciones 4 y 5, un nivel elevado de insulina propicia la formación de tejido adiposo, que, a su vez, aumenta la resistencia a esa hormona. Los lípidos, por el contrario, no tienen este efecto. La dieta MET no se basa en la eliminación de las grasas o los carbohidratos, sino en la elección de las clases adecuadas de estos macronutrientes, así como en las proteínas de calidad.




Entre los carbohidratos que recomienda la dieta MET, se encuentran los de bajo índice glucémico, como el brécol, la coliflor, los guisantes, las coles de Bruselas, los calabacines, los espárragos, el apio, las espinacas, las judías, las verduras de hoja verde, los tomates, las legumbres, los pimientos, la avena (no instantánea), el yogur, la col, las berenjenas, el arroz integral, los pomelos, los kiwis, las nectarinas, el melón, las bayas, las manzanas, los melocotones, las ciruelas y las peras. En cuanto a las proteínas (que trataremos a fondo el mes que viene), confía en los pescados magros, el pollo sin piel, las pechugas de pavo, las claras de huevo y los batidos de UDA Protein. Las grasas también constituyen una parte importante de la dieta MET, pero debemos saber cuáles escoger, cómo actúan, cuáles nos resultan perjudiciales y cuáles beneficiosas

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